La alimentación es un acto complejo. En niños con TEA hay una alta prevalencia en selectividad alimentaria. No existe un único factor causante por lo que es imprescindible conocer cómo se ve influenciada para, posteriormente, poder abordarla.
Desde terapia ocupacional valoraremos aspectos cognitivos y sensoriales:
- Aspectos cognitivos: frente a la rigidez a la hora de incorporar alimentos nuevos trabajaremos la organización, anticipación, inhibición y control de impulsos, etc. Trabajaremos la coherencia central para interpretar los alimentos en su globalidad y permitir aceptar el mismo alimento en diferentes formas, envases, entornos…
- Aspectos sensoriales: es necesaria una regulación previa para conseguir un nivel de alerta óptimo durante el momento de la alimentación. Valoraremos la presencia de hiper o hipo sensibilidad a determinados estímulos.
Otros aspectos a tener en cuenta son: la salud bucodental; presencia de caries, gingivitis, úlceras, etc. ya que si no se encuentra en condiciones óptimas puede aparecer dolor y evitar enfrentarse a ciertas texturas. Y la motricidad orofacial: bajo tono muscular y oral, problemas de control postural, inestabilidad de ATM, dispraxia oral…
Por último, es imprescindible trabajar con las familias. Nos aportarán datos sobre rutinas en entorno natural. Nos coordinaremos para generalizar los aprendizajes de las sesiones y establecer objetivos comunes.